Gastronomía

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La riqueza y variedad de la gastronomía gallega hace difícil elegir un plato típico de la región. Algo común a todos los platos es la forma de cocinar familiar, artesanal, pausada, con ingredientes naturales, frescos y de la mejor calidad. Podemos preparar un mismo producto de múltiples maneras adquiriendo presentaciones y sabores distintos.

Una de las comidas más típicas durante los meses fríos de invierno y especialmente en Carnaval, es el Lacón con Grelos. Además del lacón cocido y los grelos enteros, se pueden añadir patatas y chorizo. Otro plato fuerte para calentar los meses más fríos es el Cocido Gallego, compuesto de carne de vaca, jamón y gallina, chorizo, grelos o repollo, patatas y garbanzos.

El capón de corral, cebado generalmente en casas particulares, es otro plato sabroso y muy solicitado en los meses invernales. A este animal se le rinde culto gastronómico en muchos lugares de Galicia, al menos desde el siglo XV, siendo los más sonados los de Vila de Cruces (Pontevedra) y los de la Terra Cha (Lugo) y más concretamente los de Villalba (Lugo).

Destacamos también la Empanada gallega, que se distingue perfectamente por su suavidad y finura del pan. Se hacen de todo, de carne, pulpo, bacalao, zamburiñas, sardinas, atún, etc. En cualquier lugar de Galicia se puede degustar una buena empanada, y ésta tendrá presentación y sabor distinto a cualquiera otra que pueda tomar en otro lugar de Galicia, manteniendo siempre las características diferenciadoras de la empanada gallega.

En lo que se refiere a los pescados, sin duda los que se pescan en las rías gallegas o en las proximidades de la costa son los más sabrosos: Rodaballo, merluza, lubina, lenguado… Las preparaciones clásicas son las más habituales, a la plancha, a la gallega o en caldeirada.

Los peces de río son otro suculento plato que no debe faltar en su menú. Así podemos saborear unas truchas con tocino, salmón, angulas, anguilas o unas lampreas, entre otras muchas variedades que podrá encontrar dependiendo de la zona.

De sobrada fama son los mariscos y moluscos gallegos, desde el exquisito camarón, los calamares y los chocos, fritos o en su tinta, o la nécora. Los percebes son tan peligrosos en su recogida como ricos en el plato. La almeja fina y la ostra son mariscos que no necesitan ser cocinados. No podemos olvidar la centolla, la langosta, los langostinos, el bogavante, las vieiras y las almejas en sus múltiples variedades de salsas, así como el mejillón. El pulpo es un molusco que se toma en todos los meses del año y, sobre todo, es muy típico degustarlo en las ferias de Galicia, el pulpo “á feira”, cocido, troceado, con un poco de pimentón, sal y rociado con aceite virgen crudo.

No podemos olvidar nuestros quesos, reconocidos en toda España como muy sabrosos, que pueden acompañar a cualquier plato o ser tomados como un excelente postre. Destacamos la exquisita elaboración de la repostería, rosquillas, bizcocho, flan casero y las filloas, que constituyen uno de los más originales y agradables postres de nuestra tierra.

Nuestros vinos son un capítulo aparte, se producen en toda Galicia, aunque principalmente en la mitad sur. Destacan por su suave sabor los Amandi y de Monterrey, pero entre todos ellos debemos destacar las denominaciones de origen Rías Baixas, Ribeiro y Valdeorras.

Después de una buena comida, acompañada de un sabroso vino y de un buen postre, debemos tomar algo digestivo y reconfortante, para eso tenemos nuestra Queimada, que al mismo tiempo que nos ayuda a aligerar el estómago nos hará entrar e calor y nos mantedrá alejados de las malas meigas, por si acaso. Que aproveche.
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